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Trump criticized as inflationary pressures persist

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El presidente Donald Trump, quien lleva un mes de su segundo mandato, enfrenta un creciente descontento de los estadounidenses debido al aumento de precios. Durante su campaña, Trump aseguró en múltiples ocasiones que reduciría la inflación de inmediato, prometiendo que el alivio comenzaría “desde el primer día”. No obstante, los precios al consumidor siguen en aumento, lo que ha dejado a muchos ciudadanos dudando de su capacidad para cumplir con sus ambiciosas promesas económicas.

President Donald Trump, now one month into his second term, is facing mounting frustration from Americans over rising prices. During his campaign, Trump repeatedly promised to lower inflation immediately, vowing that relief would begin “on Day One.” However, consumer prices have continued to climb, leaving many citizens questioning his ability to deliver on his ambitious economic pledges.

El punto más problemático para los consumidores se encuentra en las tiendas de abarrotes, donde los precios de productos básicos como los huevos se han disparado. Los brotes de gripe aviar a nivel nacional han afectado gravemente el suministro de huevos, haciendo que este artículo esencial sea tanto escaso como costoso. Al mismo tiempo, el precio de la gasolina, otro gasto crítico para las familias, ha aumentado cuatro centavos por galón desde que Trump regresó a la Casa Blanca en enero.

Aumenta el descontento público

Una reciente encuesta de CNN pone de manifiesto la insatisfacción que muchos estadounidenses sienten respecto a la situación económica. De acuerdo con el sondeo, el 62% de los encuestados considera que Trump no ha hecho lo suficiente para combatir la inflación, mientras que casi la misma proporción ve la inflación como uno de los problemas más urgentes del país. Un sondeo independiente de Pew Research refuerza este sentimiento, destacando cuánto pesa la inflación en las mentes de los votantes.

A recent CNN poll highlights the dissatisfaction many Americans feel about the state of the economy. According to the survey, 62% of respondents believe Trump has not done enough to address inflation, while nearly the same proportion view inflation as one of the country’s most pressing problems. A separate Pew Research poll reinforces this sentiment, underscoring how deeply inflation weighs on the minds of voters.

While Trump’s economic promises during the campaign trail garnered significant attention, the slow progress in reducing costs has left many disillusioned. For the president, the challenge lies not only in tackling inflation but also in managing public perception—a task complicated by the lofty expectations he set for himself.

The administration’s response

In an effort to temper the public’s frustration, the Trump administration has been working to manage expectations. Vice President JD Vance recently addressed the issue in an interview, urging Americans to be patient. “Rome wasn’t built in a day,” Vance remarked, adding that price reductions at the gas pump and grocery stores will take time to materialize.

Culpando a la administración anterior

Siguiendo una clásica estrategia política, la administración Trump también ha buscado trasladar la culpa a su predecesor. Trump recientemente publicó en Truth Social: “¡INFLACIÓN DE BIDEN EN AUMENTO!” Además, afirmó que las políticas de gasto de la administración Biden eran responsables de los desafíos económicos actuales, alegando que la inflación hubiera sido prácticamente inexistente si el gasto federal se hubiera mantenido en los niveles anteriores a la pandemia.

Durante un discurso en la Cumbre de Prioridades FII en Miami, Trump reforzó esta narrativa, argumentando que su administración heredó una economía defectuosa. “Si Joe Biden simplemente hubiera mantenido el gasto federal en los niveles de 2019, no estaríamos enfrentando estos problemas hoy”, afirmó ante el público.

Un enfoque multidimensional hacia la inflación

A pesar de los desafíos, la administración Trump insiste en que está tomando medidas decisivas para combatir la inflación. Kevin Hassett, jefe del Consejo Económico Nacional, detalló la estrategia de la administración durante una reciente rueda de prensa. Según Hassett, el plan de Trump incluye recortar el gasto gubernamental, reducir las regulaciones y aumentar la producción de energía.

Despite the challenges, the Trump administration insists it is taking decisive action to combat inflation. Kevin Hassett, head of the National Economic Council, outlined the administration’s strategy during a recent press briefing. According to Hassett, Trump’s plan involves cutting government spending, reducing regulations, and boosting energy production.

La estrategia de Trump también contempla recortes de impuestos, un aumento en la perforación de energía y reducciones específicas en el gasto. No obstante, estas medidas conllevan sus propios riesgos. Los críticos sostienen que reducir impuestos podría agravar la deuda nacional y aumentar los costos de endeudamiento. De igual forma, incrementar la producción de energía podría enfrentar resistencia de empresas reticentes a expandirse ante una demanda fluctuante.

Acción inmediata frente a resultados a largo plazo

Aunque la mayoría de los economistas están de acuerdo en que un mes no es suficiente para evaluar la efectividad de las políticas económicas de una administración, las repetidas promesas de Trump de un alivio inmediato han dejado poco margen para la paciencia. Históricamente, la inflación tarda meses o incluso años en estabilizarse, y cualquier impacto significativo de los cambios en las políticas normalmente lleva tiempo en manifestarse.

While most economists agree that one month is not enough time to assess the effectiveness of an administration’s economic policies, Trump’s repeated promises of immediate relief have left little room for patience. Historically, inflation takes months or even years to stabilize, and any meaningful impact from policy changes typically takes time to surface.

Las apuestas políticas

La inflación sigue siendo un tema políticamente sensible, y la capacidad de Trump para abordarla eficazmente probablemente definirá su segundo mandato. Con el descontento público en aumento, su administración enfrenta una creciente presión para obtener resultados tangibles. Sin embargo, la complejidad de la inflación la convierte en un problema difícil de enfrentar, especialmente en un entorno político altamente polarizado.

Aunque los seguidores de Trump se mantienen optimistas sobre su agenda económica, sus detractores no tardan en señalar la desconexión entre sus promesas y la realidad actual. A medida que la administración trabaja en la implementación de sus políticas, la incógnita es si Trump podrá cerrar esta brecha y recuperar la confianza del público.

While Trump’s supporters remain optimistic about his economic agenda, his detractors are quick to point out the disconnect between his promises and the current reality. As the administration works to implement its policies, the question remains whether Trump can bridge this gap and regain public trust.

A medida que la administración sigue lidiando con la inflación, los economistas instan a los estadounidenses a adoptar una perspectiva a largo plazo respecto a la situación. Aunque las señales iniciales pueden no ser alentadoras, es prematuro sacar conclusiones definitivas sobre la efectividad de las políticas de Trump.

Lo que está claro, no obstante, es que el mensaje del presidente desempeñará un papel crucial en la conformación de la percepción pública. Queda por ver si Trump podrá ajustar las expectativas y lograr un progreso significativo. Por el momento, su administración debe manejar el delicado equilibrio entre controlar la inflación y mantener la confianza del público.

What is clear, however, is that the president’s messaging will play a crucial role in shaping public perception. Whether Trump can recalibrate expectations and deliver meaningful progress remains to be seen. For now, his administration must navigate the delicate balance between managing inflation and maintaining public confidence.

In the months ahead, Americans will be watching closely to see whether Trump’s economic strategy can deliver the relief he promised. As prices at the pump and grocery store continue to dominate headlines, the pressure on the administration to act decisively will only intensify.

By Alicent Greenwood

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